6. La doble derrota de Juan Negrín:
final de la guerra y exilio
“RESISTENCIA O RENDICIÓN INCONDICIONAL”
Una vez perdida Cataluña, fue abriéndose
paso la idea de que tal vez fuese posible
un entendimiento con el adversario para
poner fin a la guerra, siempre y cuando
Negrín fuese excluido de la dirección del
Gobierno. El coronel Casado, al frente de
una Junta que contaba con el apoyo de la
mayoría de las fuerzas políticas
republicanas, y también de gran parte del
PSOE, se rebeló contra Negrín el 5 de
marzo de 1939 con esta vana esperanza.
De nada le sirvió, ya que Franco, tal como
siempre predijo Negrín, exigió la “rendición
incondicional”. En el exilio, el gobierno
Negrín —que él mantuvo hasta 1945—
fue contestado y deslegitimado por sus
propios correligionarios, e Indalecio Prieto
se convirtió en su crítico más implacable,
a pesar de que acabó lamentándose, a la
muerte de Negrín, de no haberse
reconciliado con él. Inmersos en sus
mutuas cusaciones, socialistas y
republicanos no se percataron de que el
auténtico motivo por el que la República
fue muriendo lentamente ante un enemigomuy superior en armas fue el hecho de
que las democracias occidentales la
abandonasen. Entretanto, y mientras esto
sucedía, era fusilado el 15 de octubre de
1940 en el Castillo de Montjuïc el último
presidente de la Generalitat, Lluís
Companys.
Imagen de la página: Discurso de Juan Negrín en México,
el 3 de septiembre de 1945. A la izquierda,
Ramón Lamoneda, secretario del Partido
Socialista Obrero Español, y a la derecha,
Ramón González Peña, presidente del partido.
Archivo Juan Negrín López, París.